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lunes, 10 de agosto de 2020

Vaguedades y eufemismos.

Fuente: Pixabay
Si digo que las familias aguardan la vuelta al cole con miedo y preocupación creo no estoy descubriendo nada nuevo. No tenemos unas normas claras al respecto, más bien son todo vaguedades y eufemismos porque los políticos de turno (que cobran por gestionar), no se atreven a decir que no tienen ni idea de qué hacer. Porque los políticos de turno no han hecho nada al respecto en todo este tiempo, no han buscado soluciones, no han puesto medidas. La sensación es que simplemente han seguido cobrando por no hacer nada.

¿Quién es el responsable de que un niño se infecte en el colegio? ¿Sánchez, Illa, Celaá, el consejero/a autonómico de educación, el ayuntamiento, el director del colegio, el profesor...? No, no se trata de buscar responsables, se trata de poner en marcha medidas que eviten esos contagios. ¿Bajamos el ratio? Pues habrá que invertir (no gastar) en contratar más profesores, aumentar el número de aulas... ¿Se ha hecho algo? No, simplemente se ha dicho hasta la saciedad, y nos hemos quedado en eso, en las palabras, los hechos ya si eso se dejan para más adelante.


martes, 4 de agosto de 2020

Dilemas en la vuelta al cole

En estos últimos días están apareciendo cada vez más publicaciones y mensajes en redes sociales y medios de comunicación en los que se habla de la (problemática) vuelta al cole en el mes de septiembre.

Fuente: Pixabay


Según se va acercando la fecha y el tiempo se nos echa encima va aumentando la preocupación. No nos engañemos, las expectativas no son nada buenas, se confiaba en tener un verano tranquilo y no está siendo así. El ministerio de educación se quitó el marrón de encima rápidamente aprovechando que las competencias en educación están transferidas a las comunidades autónomas, las comunidades autónomas incapaces en este tema, como en tantos otros, decidieron pasar la pelota a los centros y lavarse las manos y allá les enviaron unas órdenes, protocolos..., papel mojado en definitiva. Y los centros, aunque se vieron desbordados desde el principio, comenzaron con más ganas que otra cosa a planificar el próximo curso escolar. Que si vuelta en un escenario de normalidad, que si vuelta en un escenario mixto presencial-online, que si todo pintaba mal la vuelta sería online... Preparar protocolos para por si acasos, sin medios, sin dinero, sin nada... Pero al fin y a la postre son ellos a los que les ha caído la responsabilidad y no nos engañemos, los centros, o los equipos directivos de los centros, son perfectamente conscientes de que es imposible, totalmente imposible, cumplir con los requisitos que les marcan desde más arriba, desde despachos en los que se puede mantener la distancia social porque alguno habrá bastante más amplio que las aulas de los colegios.


Pero ojo que también han surgido voces discrepantes entre los padres. En Sevilla un grupo ha constituido una plataforma por la enseñanza presencial y acusan a los directores de los centros indicando que:
«no quieren que comiencen las clases» porque quieren seguir en sus casas como están desde el pasado 14 de marzo «y seguir cobrando sus sueldos y aprovechar la crisis sanitaria del Covid-19 para seguir con las clases no presenciales que tan cómodas les resulta y tan perjudicial han sido para el alumnado».
Y digo que cuidado con la insinuación porque me temo que la idea puede terminar calando, mucho va a depender de lo que las familias vieron, sufrieron o padecieron durante el fin del curso escolar pasado.  No es lo mismo haber tenido a los chavales recibiendo clases online con más o menos normalidad que haber tenido a los chavales recibiendo deberes, deberes y más deberes pero nada de clases online. No hay que confundir los términos. 

Como padre de tres alumnas en tres ciclos educativos diferentes y en colegios distintos (concertado y público) he visto/sufrido/padecido en estos meses lo que muchas otras familias. Evidentemente no soy una muestra representativa, es únicamente mi caso, que puede ser muy distinto al de otras familias o que puede ser bastante similar. Ya digo que no es el caso general, pero es el que a mí me ha tocado. En mi caso ha habido de todo como en botica... Aquí dejo mis impresiones, personales, intransferibles y que no tienen por qué coincidir con las de nadie más. 

Primaria. En general se puede estar satisfecho. Las profesoras hicieron un buen trabajo, cada día los alumnos tenían un pequeño vídeo realizado sobre el libro de texto en el que les explicaban los conceptos fundamentales. A partir de ahí tareas a realizar que debían enviar en un determinado plazo. Posteriormente les envían las soluciones para que los alumnos comprobaran si estaba bien o mal (aquí es donde creo que se flojeaba más, porque ¿realmente los alumnos comprobaban errores, entendían donde habían tenido fallos en caso de que los hubiera, les servía la solución para entender el problema? En mi opinión, no.) En cualquier caso las profesoras habitualmente mandaban mensajes a los alumnos animándoles, indicando que estaban trabajando bien y mantenían una reunión semanal a través de Google Meet en grupos reducidos. Si tuviera que calificarlo lo haría con un notable. 

Secundaria. Fracaso total y absoluto. No ha habido ninguna clase online, y cuando digo ninguna es ninguna. Porque mandar deberes de todas y cada una de las asignaturas, o mandar resumir un tema tras otro del libro de texto no es dar clases online. Días después mandaban la solución para que los alumnos comprobaran si estaba bien o estaba mal lo que habían hecho, pero ni una corrección sobre lo que habían enviado cada uno. De hecho si alguien les envió una receta de cocina entre los ejercicios seguramente todavía no la habrán leído... Y no es broma, si alguno lo tiene a bien puede echar un vistazo y le saldrá un postre maravilloso. Dos miseras reuniones, dos, desde el mes de marzo, y ya en el mes de junio cuando las notas estaban puestas. Esto no han sido clases online nos pongamos como nos pongamos. Con esto no quiero decir que el profesorado no haya trabajado, o no le haya dedicado horas (seguro que la mayoría lo han hecho y ha invertido más que con las clases presenciales) pero no les ha lucido nada. Triste sensación de varios meses perdidos. Mi nota es un insuficiente siendo benévolo, muy benévolo. 

Bachillerato. Bastante diferencia entre las distintas asignaturas, en general más implicados los profesores de ciencias que los de humanidades. Desde prácticamente el principio, usando sus propios medios, que esa es otra, aprendiendo en muchos casos mediante prueba y error, se mantuvieron clases online en matemáticas y física y química de un nivel bastante aceptable desde el principio y a diario. Los profes se pusieron las pilas y lo sacaron adelante. Comunicación constante y continua entre profesores y alumnos a través de las distintas plataformas online que se pusieron en marcha deprisa y corriendo en algunos casos, pero no se puede negar que lo intentaron. Muy buenos detalles por parte de docentes que mantenían reuniones periódicas con los alumnos no tanto para preocuparse por la asignatura como simplemente para hablar un rato con los chavales. Notable alto.

En cualquier caso no sirve de nada generalizar, habrá habido profesores que se han tocado a dos manos lo que te cuento y los ha habido que han trabajado más que nunca, en la pública, en la concertada y en la privada, que no creo que haya que hacer distinciones en ese aspecto. Por otra parte creo que el mensaje que se lanzó desde el gobierno fue equivocado, aprobado general, y los chavales no son tontos y sabían perfectamente con qué jugaban. A partir de ahí se lo pusieron todavía más difícil a los profesores, pero es lo que había. 
Quizá, sólo quizá, nos deberíamos plantear que se ha perdido parte de un curso y que tal y como viene la cosa puede que se pierda otro en breve, pero la educación no ha sido (una vez más) una prioridad ni para gobiernos centrales ni para gobiernos autonómicos. De hecho sigue sin serlo y veremos como a finales de agosto (a poco más de quince días del comienzo del curso) el presidente del gobierno mantiene una reunión para hablar con los presidentes autonómicos de la vuelta al cole. No se engañe nadie: un paripé del uno y de los otros. La educación no les importa a ninguno una eme. 

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